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Desde siempre ha estado inventando historias. Antes de saber escribir las dibujaba con colorines. Cuando aprendió como usar las palabras, empezó a escribir relatos.

Mientras crecía, el arte y las letras luchaban por dominar su vida, pero el arte venció la batalla y durante años se dedicó a estudiar esta disciplina. Se convirtió en artista 2D y conceptual de videojuegos y contar historias quedó en un segundo plano.

Hace unos años decidió tomarse la escritura tan en serio como se había tomado el arte. Desde entonces, ha escrito varios relatos y autopublicado las dos primeras novelas de su saga de fantasía juvenil La Hermandad de los Dragones: «La Noche del Silencio» y «Las entrañas de Dracodomun».