encuentrame-cupcake-cafe-jenny-colganSinopsis: Issy Randall tiene un novio guapo aunque poco cariñoso; un cuerpo con más curvas de lo que manda la moda; un empleo bien pagado pero aburrido; una pasión desenfrenada por la repostería, y una notable habilidad para preparar las recetas de su querido abuelo Joe. Cuando de repente se queda sin novio, sin empleo, con todos sus kilos y sus treinta y un años bien cumplidos, Issy decide que ha llegado la hora de hacer realidad su sueño: montar un café especializado en cupcakes, deliciosos pasteles en miniatura que saben de maravilla. Pero las cosas no serán sencillas.

 

 

Mi opinión: Quizá sea una frivolidad, pero un libro que lleva la palabra cupcake en su título, ¡tengo que leerlo!

Por cierto, ¿no te encanta esa portada?

Además, está dedicado a mí. Bueno, igual también a ti. ¿No te lo crees? Dice; “Para todos los que relamen la cucharilla.”

Yo soy de las que relame la cucharilla, el plato y si me dejan, hasta el bol de la masa cruda.

Confieso que lo empecé con ganas, pero me decepcionó muy rápido. La novela tiene un punto ingenuo y honesto muy bonito, se nota que ha sido escrita con cariño. Pero el estilo de la autora no me ha convencido para nada. No ha conseguido engancharme en ningún momento.

La verdad, me dieron ganas de abandonar, incluso de saltarme páginas (¡sacrilegio!*). Si seguí adelante fue por simple curiosidad.

Y por las recetas. Para mí es lo único que merece la pena. Cada capítulo empieza con una, contada de forma peculiar por el entrañable abuelo de la protagonista.

Por lo demás, falla en todo.

Un buen libro debe describir la escena dejando que el lector se la imagine, aquí se cuenta en lugar de mostrar.

Los personajes deben resultar coherentes y tener una evolución lógica; en esta novela, algunos son bastante planos y otros no se comportan como deberían según la edad que tienen. Además, los diálogos resultan poco naturales, nada creíbles.

En un libro bien construido, las escenas deben fluir para llevarte con suavidad desde el primer capítulo hasta el último. Aquí, las transiciones entre escenas son demasiado bruscas, no le detienen el tiempo suficiente para poner en situación al lector y eso provoca confusión.

Además, un buen libro no debe darle la trama mascada al lector. Debe dejar que sea él quien ponga la última pieza del puzle. Esa es una de las normas más importantes de la literatura, aquí eso no se respeta y el resultado es una historia predecible.

(Breve inciso: Hay una segunda parte, Navidad en el Cupcake Café, y por lo que he leído por ahí, es peor que esta.)

En resumen, un libro lleno de buenas intenciones pero carente de todo lo demás.

 

Recomendable sólo para amantes de la repostería. No apto para el resto.

Nota: Regular.

«Todos necesitamos tener alguna clase de sueños».

 

*¿Leer saltándose páginas no te parece horrible?

Es una traición. A un libro hay que amarlo o abandonarlo pero no se le puede engañar así, entregándose a medias.

 

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