Sinopsis: ¿Cuántas probabilidades hay de que el chico con el que estás a punto de casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la que además pierdes el trabajo? A Bea le acaba de pasar, así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica familia buscando un poco de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de todos. Bea es así. En esta novela vas a encontrar una historia con la que descubrirás que siempre hay algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la cagas.

 

 

Mi opinión: Este libro ha sido un caso de amor a segunda vista.

No amor verdadero, tampoco te vayas a pensar, pero sí un pequeño cuelgue.

Lo empecé el año pasado y lo abandoné en el antes de llegar a la mitad.

En realidad esto pasó hace poco más de un mes, pero era el año pasado.

La primera parte me pareció insufrible, la segunda excelente, así que haciendo la media, dejo la nota en bueno.

 

Primer intento de lectura: de 0% a 40%

La protagonista, Bea, me parece un personaje muy vacío y me cae taaan mal. Aunque la narración tampoco me parece nada del otro mundo, el tono de la historia tiene un punto irónico que me gusta, así que sigo avanzando.

La autora nos cuenta algunas historias de la familia de la protagonista y hay un exceso de resumen narrativo que me aburre muchísimo.

Reconozco que el protagonista masculino, Diego, me llama la atención, pero no lo suficiente como para mantenerme enganchada a la novela. Bea es una drama queen de manual y me tiene muy harta. Necesito una pausa.

 

Segundo intento de lectura: de 40% a 100%

Decido darle una segunda oportunidad, no sé muy bien por qué.

Empiezo a conectar con el estilo de humor, o la historia se vuelve más dinámica, o no sé, pero me gusta.

En la familia de la protagonista están todos muy locos y las escenas en las que se juntan se convierten en momentos de caos geniales.

Hay muchos personajes secundarios, así que si Bea no te convence (normal) tendrás mucho donde escoger: la hermana alcaldesa que tiene un hijo nihilista, la hermana hippy sobreprotectora con su hijo, el hermano gay que tiene un novio guardia civil, la madre curandera… Y el más memorable de todos, la arquitecta Ingrid.

¡Oh! Hay una escena de sexo y no está descrita con pelos y señales. Ahí me has ganado, Laura.

Desde luego, todo el libro es una locura. Parece que el truco está en dejarse llevar por la historia. Yo lo he conseguido, porque al final me ha encantado.

Me he sentido uno más de la familia.

 

Recomendable para lectores sin prejuicios. No apto para los que buscan historias serias.

Nota: Bueno.

«Hasta de los errores salen cosas buenas».

 

¿Alguna vez has tenido una historia de amor a segunda vista con un libro?

 

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