Un año de autoras de fantasía juvenil: 2018
Todo empezó en diciembre de 2017 con la genial iniciativa Esta Navidad regala autoras de María del Mar González Gómez, del blog Escribir Ciencia Ficción. Yo la tuneé llevándomela a mi género en este post.
Pasada la resaca navideña, María del Mar se dio cuenta de que podíamos seguir ayudando a visibilizar escritoras durante todo el año, de ahí nació Un Año de Autoras.
Tuve el honor de que me invitara a participar y ha sido maravilloso porque me ha permitido conocer mejor a escritoras que admiro y descubrir a alguna que no conocía.
Mi calendario de 2018 ha estado repleto de grandes escritoras: Jessica Galera Andreu, Marisa M. R., Sara Herreras Castel, Eva Tejedor, Celia Arias, Deborah Heredia, Gema Moratalla, Laura Tárraga, Nari Springfield, Marta Álvarez, Ana González Duque e Iria G. Parente y Selene M. Pascual.
Me atrevería a decir que la cosa no se va a quedar aquí, todavía queda mucho trabajo por hacer.
Pero es pronto para desvelarlo. Mientras tanto, ¿te apetece un repaso por las mejores respuestas de mis chicas?
Sobre el papel de las mujeres en el panorama literario actual
Jessica: La sociedad está cargada de prejuicios absurdos y superficiales y en literatura, las cosas no son diferentes. Está claro que toca seguir peleando y organizando movimientos que den más visibilidad a las autoras.
Marisa: El cambio debe empezar por nosotras.
Sara: Siempre me ha parecido una tontería fijarse si es un hombre o una mujer el que ha escrito el libro. Un lector de verdad, alguien que le apasione leer, se fijará en la sinopsis y no en el nombre. Es algo de todos.
Eva: No necesitamos favores. No necesitamos que quiten a Fulanito para poner a Menganita. Menganita debería tener su sitio propio.
Celia: El mayor problema que veo es que mucha gente suele dar por hecho que las mujeres tenemos que escribir un tipo de libros o de una manera determinada (sobre todo relacionados con el romance), y no tiene por qué ser así.
Deborah: Creo que estamos lejos de conseguir esa igualdad. Necesitamos unas cuantas generaciones más, fuertes y decididas -como la actual- en conseguir la equidad, para solucionarlo.
Gema: En muchos ámbitos las mujeres tienen que demostrar lo que valen a unos niveles que no se les exige a los hombres. Las cosas cambiarán en la literatura cuando cambien en lo demás.
Laura: El apoyo del público es importantísimo, ya que son ellos los que tienen el poder de comprar y escoger qué leer.
Nari: Hay que romper esas cadenas que nos atan, que nos aferran a un cánon y a unas reglas que debemos seguir y que nos dicen que no podemos ser lo que queramos. O en el caso de las autoras, que no podemos escribir nada que no sea romance o literatura juvenil.
Marta: Hay editores que quizá te ponen en otro saco por ser mujer, por sus prejuicios personales o por sus prejuicios sobre los lectores (que te van a leer menos, que les va a gustar menos lo que escribas… Y parece mentira (a mí me lo parece) pero a veces sigue sucediendo).
Ana: Cuando no haga falta convocar un Premio Ripley, porque se ha conseguido que las mujeres tengan la misma visibilidad que los hombres en un género que no sea la romántica, entonces hablamos.
Iria y Selene: De acuerdo con nuestras experiencias, las mujeres tendemos a ser muchísimo más exigentes con nosotras mismas y con nuestro trabajo, y también a infravalorarnos más. Esta es la consecuencia lógica de no tener referentes, de siglos de opresión (e invisibilización) que nos hacen dudar de nuestro valor. Por eso es tan importante recuperar las labor de las mujeres a lo largo de la historia (y en nuestros días) en la cultura o las ciencias, para que las nuevas generaciones puedan tener más y más referentes.
Si estás empezando a escribir, ellas te aconsejan
Jessica: Perseverencia y leer muchísimo.
Marisa: Escribe desde el corazón. No intentes escribir algo porque esté de moda o porque vaya a gustar. Escribe algo que te gustaría leer a ti y seguro que habrá más gente que le guste.
Sara: Lo mejor que te puedo decir es que no te desanimes. Es un camino duro, lleno de problemas que parecen no tener fin. Si de verdad te gusta escribir, continúa y que piensa que algún día verás tu libro publicado.
Eva: Lo más importante que vas a aprender en todo esto y que debes meterte en la cabeza es que no le vas a gustar a todo el mundo. Apréndetelo rápido y serás más feliz.
Celia: Que mientras escribe su primera novela, empiece a tener visibilidad en las redes sociales y se haga un blog donde comparta artículos de su género o lo que le apetezca. Eso le facilitará las cosas cuando decida publicar, porque ya habrá gente que lo conoce.
Deborah: Que sea capaz de filtrar la información que le llega. Uno puede dar un consejo con toda la buena intención del mundo y que no sea el ideal para ti como escritor. Y no pasa nada. Hay que saber escuchar sin dejar de ser fiel a uno mismo.
Gema: Escribir bien, pero bien, bien, es muy difícil. Hay que ser humilde y saber que esto es una carrera que requiere tiempo.
Laura: Siempre doy el mismo consejo pero es el que más me sirve: créate un horario de escritura.
Nari: Nunca mires a los que van delante de ti, ni pienses en lo lejos que estás. Mira tu propio camino y siéntete feliz por cada paso que des, porque nadie más que tú puede andar ese camino.
Marta: Permítete equivocarte.
Ana: Que busque a alguien de quien aprender y, cuando haya aprendido de esa persona, busque a otra. El papel del mentor es imprescindible desde mi punto de vista.
Iria: Que escriba lo que quiera sin preocuparse de nada más.
Selene: Que escriba mucho. El primer proyecto no tiene por qué ser el primero que publica. Ni el segundo. Ni el tercero. Las prisas no ayudan, y las autoras y autores siempre continúan aprendiendo cosas y practicando con cada nueva línea.
Apunta sus lecturas recomendadas
El Libro de los Cuentos Perdidos, de Tolkien.
El club de los poetas muertos, de N. H. Kleinbaum.
La saga de Harry Dresden, de Jim Butcher.
Una noche de perros, de Hugh Laurie.
Ami, el niño de las estrellas, de Enrique Barrios.
Epistolario de Gustave Flaubert.
La belleza del caos, de Carla Rodríguez Para.
Salvación, de Eva M. Soler e idoia Amo.
Vango, de Timothée de Fombelle.
La librería del señor Livingstone, de Mónica Gutiérrez Artero.
Pájaro azul, de Clara Cortés.
La niña que recorrió Tierra Fantástica en un barco hecho por ella misma, de Catherynne M. Valente.
Estas han sido sus palabras favoritas:
Posible. Alma. Supercalifragilisticoespialidoso. Aloque. Amor. Sutil. Rimbombante. Serendipia. Tiempo. Inefable. Proceloso.
Y por supuesto, la pregunta más importante de todas:
¿Cómo meterías una jirafa en un frigorífico?
Jessica: ¡Retorciéndole el cuello, pobrecita, que me perdone!
Marisa: Se me ocurren muchas formas; la más fácil es comprar un muñeco con forma de jirafa y meterlo dentro.
Sara: Cogería un peluche de una jirafa y la metería al frigorífico, con unas gafas de sol, una bebida con sombrilla y una hamaca.
Eva: A pedacitos. Y sé cómo.
Celia: Pues pidiéndoselo por favor, ¿no? Si le pongo mi mejor sonrisa, lo mismo acepta…
Deborah: Si tuviera la suerte de toparme con una jirafa en su entorno natural me quedaría tan atontada que me olvidaría del frigorífico y de todo a mi alrededor (por lo que probablemente acabase devorada por algún depredador y fuese la jirafa la que me metiese a mí en el frigorífico).
Gema: Me asociaría con un ingeniero e inventaríamos una máquina reductora como en la película Cariño, he encogido a los niños. Lo demás, sería fácil.
Laura: En forma de foto, porque seguramente la jirafa (aunque sea hervíbora) acabaría comiéndome.
Nari: Abriría el frigorífico, metería la jirafa y cerraría la puerta.
Marta: Por la puerta.
Ana: Se me da muy bien el Tetris pero no tanto convencer a las jirafas. Pondría una estufa a tanta temperatura fuera que se metiera ella solita para refrescarse.
Iria: Dependería del tamaño de la nevera, pero no la metería nunca: se va a morir de frío.
Selene: ¡Pediría que hicieran una nevera a medida! La jirafa no tiene por qué adaptarse al tamaño del frigorífico.
¿Qué nuevas iniciativas nos deparará el 2019?
¿Lo descubrimos juntas?
¡Hola! Tengo que confesar que al principio era de las que pensaban que no me importaba quien lo escribiera, al fin y al cabo, me gustan determinados estilos o tipos de historias y no me importa quien las escriba, pero después me di cuenta de que no era exactamente así. Es cierto que no me importa, pero después de tantos años en las mismas estanterías de bibliotecas y librerías acabé adoptando determinados patrones o costumbres según los libros que me encontraba. Y sí, para algunos tipos de libros he leído a más mujeres (curiosamente cuando era más pequeña, en literatura infantil y juvenil) y cuando buscaba fantástica épica o de corte más “adulto” me encontraba más hombres publicados. Ahora sí me fijo en lo que leo porque sino leería solo lo que más se vende y si no tiene representación editorial está claro que tiene menos visibilidad. No sé que tal me habré explicado, pero espero que se entienda un mínimo. Me ha gustado muchísimo esta entrada =)
¡Un abrazo!
¡Hola, MJ! Gracias por la visita 🙂
Te has explicado perfectamente y tienes toda la razón del mundo. Es lo que se ha comentado varias veces en este año de iniciativa, como lectores tenemos el poder de cambiar el mundo editorial, ¡luchemos para ello! 🙂
Me alegra que te haya gustado la entrada 🙂
¡Un abrazo!
Hola, Adella:
Gracias por vuestra iniciativa, y por el post, por supuesto 🙂
Un beso y ¡felices fiestas!
¡Gracias a ti por la visita! 🙂
Felices fiestas y abrazo grande 🙂