¿Cómo dices, que no lees fantasía juvenil?
Mucha gente, cuando piensa en fantasía, lo que viene a su mente son tochos épicos. Y si piensa en juvenil, líos de instituto. ¿Es tu caso?
Pues la fantasía juvenil no tiene nada que ver con esto. Es un subgénero que coge lo mejor de cada casa; la agilidad del juvenil y la magia de las narraciones fantásticas.
Las historias se caracterizan por un ritmo rápido, mucho diálogo y pequeños toques de humor.
Los temas son los mismos que en otros géneros, pero con menos reflexión filosófica.
Con la fantasía juvenil no te harán falta diccionarios porque utiliza un lenguaje sencillo. Ojo, sencillo no necesariamente significa simple.
Querido escritor, sé que eres muy culto, pero en este momento me interesa más el destino de la protagonista que el número de palabras que te sabes. Ejem… La tempestad, de Juan Manuel de Prada.
¿Te abruma el worldbuilding de Tolkien?
Lector abrumado por el worldbuilding.
En la fantasía juvenil las historias personales importan más que la creación de mundos. Creo que se puede contextualizar bien sin necesidad de inventarse un idioma. En los buenos libros de este subgénero el worldbuilding es el justo y necesario para ubicarse.
¿Eres de los que apartan la vista de la pantalla cuando a alguien le sacan un ojo?
Yo tengo una obsesión muy extraña con los ojos. Me dan mucha grima.
En los libros de fantasía juvenil no encontrarás escenas cruentas. La violencia, si la hay, suele plasmarse de manera sutil.
Sucede lo mismo con el sexo. No esperes lanzas inflamadas atacando feminidades.
En cambio, el amor siempre está presente. A mí esto me encanta, creo que toda historia mejora con una pequeña dosis de amor. Y estas suelen estar llenas de emociones.
La literatura juvenil de fantasía no está tan plagada de estereotipos como otros géneros.
Estoy pensando en los triángulos amorosos de la romántica juvenil. Sí, puede que se te venga a la cabeza algún ejemplo de fantasía juvenil con ciertos clichés, en todos los géneros hay obras de baja calidad, este no es la excepción, pero en general, suele haber mucha más variedad.
Tienes claro que me encanta este subgénero, ¿verdad?
Lo que amo sobre todo en él son sus historias de personajes que están descubriendo su lugar en el mundo. Esos protagonistas que siempre se están metiendo en problemas, desafiando a la autoridad… Como las protagonistas de mis novelas.
Quizás, esa atracción que siento sea porque yo todavía estoy buscando el mío.
No pienses que eres demasiado mayor para este tipo de literatura, no es cuestión de edad.
Nunca es hora de parar de soñar, de dejar de maravillarse con el mundo. Nunca estés tan cansado de la vida como para eso.
Lo mejor es no tener prejuicios a la hora de escoger lectura. Solo entonces podrás descubrir nuevos horizontes. Y quizás, enamorarte de este subgénero tanto como yo.
¿Qué me dices?
¿Le das una oportunidad a la fantasía juvenil?
Estoy de acuerdo con tu reflexión. Muy buen artículo!! 🙂
Un abrazo
¡Gracias por tus palabras, Lídia! 🙂
Un abrazo.
¡Claro que le doy una oportunidad! Es un genero genial, de mis favoritos.
¡Saludos!
Eres de las mías 😉
Gracias por la visita, María. ¡Un saludo!
¡Hola! Qué atrayente el tema que abordas y cómo lo enfocas. La fantasía juvenil, junto a otros subgéneros cercanos, me iniciaron en la lectura al cruzar el umbral infancia-pubertad. Y ni en plena adolescencia ni edad adulta la echo en olvido, convencida de que hace escuela al abonar el terreno formativo de crecimiento.
Si hablamos de lenguaje sencillo (que no simple, como bien puntualizas), diferenciando entre culteranismo y conceptismo, Juan Manuel de Prada… ¿La tempestad? Y lo que no es La tempestad. Un consejo: que el diccionario ande a mano. Buen artículo, Adella. Un abrazo.
¡Gracias por tus palabras, Mari Carmen! 🙂
Muchos lectores jóvenes abrazan sin prejuicios este subgénero, pero lo rechazan al convertirse en adultos. Me alegra saber que no eres de esos 😉
Me gusta tener el diccionario siempre a mano, me encanta aprender palabras nuevas, pero cuando importa más el lucimiento del escritor que la historia, malo.
¡Un abrazo!
A eso me refiero, al afán de lucimiento del autor. Por supuesto todos consultamos el diccionario, pero lo bueno es que tanto el escritor como el lector pongan el punto de mira en la historia. La demanda, en general, exige un lenguaje cada vez más sencillo y directo. Aunque es bueno que haya de todo, habrá quien agradezca en esa compilación “qué” y “cómo” una terminología <>. Lo del worldbuilding, mejor o peor estructurado, creo que es inevitable en cualquier modelo fantástico. Lo dicho, me gusta el artículo. Saludos.
Perdona, una terminología culta había escrito, pero veo que se ha eliminado automáticamente.
¡Me has convencido, Adella! Precisamente abordas una de las cosas que me solían echar para atrás. Es el tema de que el escritor se “esmere” demasiado en mostrar todo el mundo que imaginado y, además, hacerlo en la primera página. Más de una vez he debido volver al inicio con la ayuda de una libreta en la que apuntar los distintos personajes, localizaciones, poderes o mística variada. Soy muy malo para quedarme con los nombres así que cuando empiezo a leer algunos indescifrables me armo un lío del demonio. Pero tu artículo me ha demostrado que eso no es el género, solamente malas lecturas. Así que un lector más para la causa! Un abrazo!
¡Uala! (Me pongo en pie y aplaudo) 😀
A mí también me abruman los mundos tan complejos que encuentro en algunas novelas. Y lo de los nombres, ufff, confieso que Cien años de soledad lo leí al segundo intento y haciendo un esquema del árbol genealógico de la familia xD
Creo que das con la clave cuando afirmas que no es el género, solo malas lecturas 😉
Como siempre, ¡gracias por tus palabras! 🙂
¡Un abrazo!
A mí me gusta que a algún personaje le saquen un ojo de vez en cuando, qué le vamos a hacer, pero eso no me impide disfrutar de la fantasía juvenil cuando la historia me engancha y la forma de narrar del escritor me convence. Lo que pasa es que muchos lectores no somos muy de géneros, y lo mismo saltamos de Muñoz Molina a Laura Gallego sin despeinarnos (de Juan Manuel de Prada mejor ni hablamos)
A pesar de eso, reconozco que yo era de los que denostaba un poco la fantasía juvenil hasta que empecé a leerla de nuevo por culpa de mis hijas. Eso demuestra, supongo, que los padres aprendemos tanto o más de los hijos que ellos de nosotros.
Al final creo que esa es la clave, disfrutar de las historias que nos enganchan sin complejos 🙂
Si es que los géneros son algo inventado, para intentar poner orden en el caos, pero creo que hay pocos libros que no tengan mezcla de varios de ellos.
Me alegra que le hayas dado una oportunidad a la fantasía juvenil y estes descubriendo buenas lecturas, un aplauso para tus hijas 😉
Y sí, los adultos tenemos mucho que aprender de los niños, aunque más bien se trata de recordar aquello que sabíamos y hemos olvidado al crecer 🙂
¡Gracias por la visita!
Un saludo 😉